La semana pasada, los mercados financieros experimentaron una significativa volatilidad, impulsada principalmente por la creciente tensión geopolítica entre Israel e Irán. El conflicto desencadenó un sentimiento generalizado de "aversión al riesgo", llevando a descensos semanales de alrededor del 0.50-1.50% en los principales índices bursátiles de EE.UU. A medida que los inversores buscaban activos más seguros, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. aumentaron alrededor de 10 puntos básicos. Esta incertidumbre geopolítica se vio además agravada por las preocupaciones sobre las políticas arancelarias de Trump y el estado de las conversaciones comerciales entre EE.UU. y China, añadiendo otra capa de precaución al sentimiento del mercado.
Las preocupaciones sobre la inflación se suavizaron después de que los índices de inflación CPI y PPI resultaran más suaves de lo esperado. Sin embargo, los inversores siguen preocupados por las presiones inflacionarias, especialmente con la inminente expiración de la pausa arancelaria de Trump el 9 de julio. Otros datos económicos mostraron señales de desaceleración en el sector de servicios y una continua contracción en la manufactura.
Esta semana, tenemos la decisión sobre las tasas de la Fed el miércoles, donde se espera ampliamente que mantengan las tasas en 4.25%-4.50%. La reciente resiliencia del mercado laboral ha llevado a un cambio en las expectativas del mercado con respecto a recortes este año, con los inversores reduciendo sus expectativas de recortes más amplios. El mercado ahora está valorando alrededor de 50 puntos básicos de recortes en 2025, desde casi 100 puntos básicos hace un par de meses. Este ajuste en las expectativas de política monetaria, junto con las incertidumbres geopolíticas y económicas más amplias, sigue contribuyendo a un entorno de negociación cauteloso y volátil en el corto plazo.